con la firme intención
de darla por creída,
es darte una mano
y la otra,
aún después
de haber sentido
la fria caída...
Es poder mirarte a los ojos
con una sorrisa
sin caer en la cuenta,
o sin querer caer,
de que todo es mentira.
Es vivir junto a ti,
siempre esos momentos,
siempre convencida
de que todos herimos
y todos tenemos alguna herida.
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